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martes, 5 de octubre de 2010

KELLY MCGILLIS: Y SE FUE EL HURACÁN



A mediados de los años ochenta la aparición en dos películas de un nuevo rostro femenino parecía sugerir la llegada de una nueva estrella al firmamento de Hollywood. Mujer de gran belleza, de grandes ojos acerados y con grandes dotes de interpretación, Kelly McGillis fue capaz de enamorar el mismísimo Harrison Ford en "Único testigo" donde bordaba la templanza de un miembro de la familia amish con los sentimientos contradictorios de una mujer ante la aparición en su mundo de un personaje tan fuera de lugar como el policía John Book para, poco después, ser capaz, incluso, de superar la actitud chulesca del Tom Cruise de "Top Gun" cuando éste era un ídolo para las jovencitas. Dos personajes en las antípodas interpretados por una misma actriz que supo en cada momento como moldear a estos personajes tan dispares y salir exitosa.
En aquella época, trabajar con dos actores de la talla de Ford y Cruise, de plantarse enfrente de ellos y salir airosa era una inmejorable carta de presentación que le pudiera abrir las puertas al estrellato en Hollywood.


Pero tras estos dos éxitos su estrella se fue apagando. Kelly McGillis participó por última vez como estrella en el film "Acusados" en el que hacía el papel de una abogada que debía defender a una Jodie Foster que era violada en un bar por dos tipos a las que estuvo provocando anteriormente. Su actuación fue varias vees nominada a varios premios pero queda eclipsada por el éxito de Jodie Foster en este papel que incluso llegó a reportarle un oscar.


Entre medio a esta casi última aparición en pantalla, McGillis había participado en películas como "Made in Heaven" de Alan Rudolph, una tontería de uno de los directores de culto de los años ochenta que también desapareció de los mapas cinematográficos después de sus éxitos ("Elígeme" e "Inquietudes") y "La casa de Carrol Street", historia de suspense con periodista de por medio.


A partir de ahí, el silencio. Realmente nadie sabe los porqués a tan repentina desaparición. Seguramente su personalidad se vio alterada cuando en el año 1982 fue violada dentro de su misma casa. Aunque esto ocurrió antes de su salto a la fama, un hecho así deja una marca tan imposible de borrar que pudiera perjudicar su posterior desarrollo no ya como actriz, que había demostrado que era una de las buenas, pero sí su forma de desenvolverse en las tramoyas del negocio del cine. O tal vez fueran esos rumores que comenzaron a correr sobre una supuesta homosexualidad, algo que se fue actualizando en las dos ocasiones en que se divorció de sus respectivos maridos ya que estuvo casada dos veces (la presión del show bussines de Hollywood posiblemente hizo que se alejara de este mundillo que tiene tantas luces como sombras). Aunque finalmente, McGillis, con la sabiduría que da la vida ha terminado por salir del armario y decir públicamente que es homosexual hasta el punto que se ha casado (por tercera vez) con una mujer, ejecutiva de ventas.


En este tiempo no ha dejado de trabajar para televisión y en el cine de bajo presupuesto. Lo que sí consiguió fue un éxito bastante aclaparador en el año 2004 en el teatro, interpretando la versión teatral de "El graduado" en la que asumía el famoso personaje de la señora Robinson, personaje y obra que llegaron a representarse en los mismísimos teatros de Broadway, demostrando que pudo haber sido una gran actriz a la que por razones que desconocemos, quedó (o se ocultó) en las nieblas de nuestro recuerdo. Y es que después de tantos años, muchos aún seguimos enamorados de aquella dulzura casi angelical que desprendía su mujer amish, y otros seguimos seducidos por aquel torbellino de fuerza sexual que levantó de sus asientos a más de una hormona masculina cuando vapuleaba y ninguneaba al amigo Cruise con su sola presencia.


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