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domingo, 4 de agosto de 2013

PUNTOS DE VISTA PARA "LOBEZNO: INMORTAL"



Tres son las formas a través de las cuales se puede afrontar el visionado de "Lobezno: inmortal" y de esta elección dependerá el grado de satisfacción final por parte del espectador.

La primera forma es afrontar la película conociendo el cómic en el que según los creadores del film, está basado el guión. Parece ser que la forma definitiva del que hoy por hoy es uno de los más carismáticos personajes de la Marvel se le debe a John Byrne, dibujante de una de las mejores etapas de los X-Men, dibujando los guiones del "padre" de la Patrulla-X moderna, Chris Claremont, que se mantuvo fiel a sus personajes durante la friolera de 15 años. Y es que Byrne, al igual que Logan, es canadiense. Eso y el fervor del fan comenzó a cimentar la leyenda de Lobezno. Personaje siempre de misterioso pasado (por aquel entonces) Claremont decidió dar una nueva pincelada al personaje y junto a Frank Miller diseñaron una de las grandes historias de Wolverine: "Honor".




Esta serie limitada era una historia sobre caída y resurrección (Frank Miller repetiría esta fórmula de manera magistral en "Daredevil. Born Again"), la lucha definitiva de Lobezno entre la bestia que es y el hombre que necesita ser y todo ello enmarcado en un Japón excitante, misterioso y caleidoscópico y en una trama profunda, oscura y genialmente planteada y llevada por dos genios del arte secuencial que es el cómic.
Pues bien. Después del fiasco que fue "Lobezno: origen" y como un intento de redención por parte de los causantes del desaguisado que no dejó contento a nadie, se anuncia una nueva película de Lobezno basada en dicho cómic. Y las expectativas se relanzan a la espera de ver a Yukio, a Mariko, a los Yashida a Lobezno desencadenado. Y sí, los personajes salen pero... ¿es esa la historia? No, porque "Lobezno: inmortal" sólo  recoge el nombre de los personajes y los transforma para integrarlos en un guión de nuevo cuño muy, pero que muy por debajo, del cómic original. Y desde este primer punto de vista la película supone una gran decepción sobre todo por su falta de respeto con los fans de Lobezno, con Claremont y Miller y con el cómic en general y dejando la idea de una brillante jugada comercial lanzada a los cuatro vientos para llamar la atención sobre el futuro espectador.


El segundo punto de vista es ver la película sin conocer la obra en la que se "supone" que está basada "Lobezno: inmortal". Es esta la manera más disfrutable de ver la película. Es sabido que la franquicia de Jamen Bond ha optado últimamente por poner tras las cámaras a directores de postín como en los casos de Sam Mendes y de Marc Foster. En el caso de "Lobezno: inmortal" se ha optado también por esta fórmula y se contrató a James Mangold, un director que como los dos anteriores escapa a la idea de director de films de acción supeditados al engranaje de la producción y que saben otorgar una mayor profundidad psicológica a los personajes (profundidad psicológica y mucha es la que existía en el cómic Lobezno: Honor", además de buenas dosis de intriga y acción). 


Mangold sabe manejarse bastante bien sabiendo aportar un empaque a la película con una gran "set-piece" introductoria que nos enseña más del personaje de Lobezno que el resto del film pero deja con la sensación que no ha sabido a no ha podido "desmelenarse" y hacer "su" película como sí fue capaz de hacer Mendes en "Skyfall". El problema de "Lobezno: inmortal" no es, en todo caso, la falta de personalidad de su director, no, su problema es un guión endeble (con una aparición de Famke Janssen bastaba) y sencillote en el que cualquiera que tenga dos dedos de frente termina por conocer; un guión para no pensar, un guión que viene a decir: "siéntate y disfruta de lo que ves que de lo demás ya nos ocupamos nosotros"; un guión con muchos altibajos (a mitad de metraje la historia decae de forma deshonrosa) y que, lamentablemente, no hace usos de unos personajes con una potencialidad enorme.
Aún así, la película es la que es y termina por disfrutarse si te dejas llevar como hemos comentado antes. Porque al fin y al cabo, "Lobezno: inmortal" es otro de tantos productos palomiteros con etiqueta de "blockbusters" que se ven, se disfrutan y se olvidan.


Y el tercer punto de vista es el que aglutina, de alguna forma los dos puntos de vista anteriores: se conoce el cómic en el que se supone se basa la película pero más vale dejarse llevar por lo que te están ofreciendo. Y aquí surge con fuerza la idea de "lo que pudo haber sido y no fue". Es difícil manejar lo que se ha leído en el cómic y separarlo de los personajes de la película. Tanto el clan Yashida como Mariko y sobre todo Yukio son personajes totalmente nuevos a los que tranquilamente se les podía haber puesto otros nombres. El resultado final es agridulce, demasiado, y se sentencia que al fin de todo y tras superar la idea de haber sido engañado por un resultado comercial, se ha visto una nueva película de superhéroes sin ninguna particularidad que permite llevarla en el recuerdo a la espera (porque eso sí, seguiremos esperando) de la película definitiva del héroe de las garras de adamantium.



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