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martes, 13 de diciembre de 2011

CRÍTICA. "IN TIME", TIEMPO PERDIDO


Seis años, seis, son los que han separado "El señor de la guerra", película fechada en el años 2005, de "In time", que se convierte en su más reciente trabajo. Seis años anhelando un nuevo film de Andrew Niccol, después de escribir un guión como el de "El show de Truman" y de dirigir películas como "Gattaca", "Simone" o la ya citada "El señor de la guerra". Con estos créditos las expectativas eran muy altas y más cuando llegan las primeras noticias donde se desgrana la temática de "In time": en un mundo distópico la moneda de cambio es el tiempo. Los ricos acumulan más tiempo, buscan ser inmortales, el resto debe luchar día a día porque el tiempo no se les agote. Un punto de partida con un abánico de posibilidades que podían ser infinitas bajo la pluma de Andrew Niccol. Y por eso, una vez visionada la película, la emoción que nos recorre no es otra que la decepción.


Se puede entender que nuestras expectativas se hubieran forjado algo elevadas y que en la nueva apuesta de Niccol quisiéramos acercarnos a una nueva distopía como la creada en la celebrada "Gattaca", película que, al igual que "El show de Truman" se advierten diversas lecturas de fondo y una profundidad cercana a la filosofía y a la denuncia, una forma de criticar nuestro sistema de vida y social actual con un pesimismo existencial propio de nuestros días y una calidad cinematográfica muy por encima de la media. Pero descubrimos, y eso lo podemos aceptar, que Niccol se ha plegado en su nuevo trabajo a las formas más primitivas (y con ello queremos decir menos elaboradas) del ya muy trillado cine comercial hollywodiense.


"In time" adolece de esa enfermedad expandida en multitud de películas actuales: se obtiene una buena idea y a partir de ahí se busca un guión (para saber más sobre lo que estamos hablando os remitimos a nuestra crítica de "Daybreakers" en http://lgevasion.blogspot.com/2010/03/critica-daybreakers-vampiros-de-sangre.html). 
Igual ocurre con "In time". Durante un cuarto de hora largo, la idea convence: se presenta ante nosotros un mundo en el que todo se paga con tu tiempo. Cada humano lleva una especie de reloj incorporado en su antebrazo que asciende en minutaje cuando recibes tu paga, ganas al póker o realizas las más "atrevidas" inversiones y desciende a medida que pagas en el supermercado o en ir a cenar a un restaurante. En estos veinte minutos más o menos las espectativas que buscamos en un autor como Niccol se empiezan a ver colmadas. Pero entonces todo se desmorona, sí, como comentábamos en "Daybreakers".


Porque Niccol se decanta (o tal vez se vea obligado para mantenerse en el mainstream de Hollywood) por el cine de acción. Y demuestra que no es un buen director para una cinta de este género. La trama se transforma y se simplifica a una continua persecución entre nuestro pobre protagonista (encarnado por un esforzado Justin Timberlake) y un implacable guardián del tiempo, vamos, un policía duro en la línea del Tommy Lee Jones de "El fugitivo" (interpretado por un actor con tanto carisma como Cillian Murphy que hace la imposible por dar entidad a un personaje que no está bien dibujado). Y entre medio la guapa Amanda Seyfryed hija de un rico potentado que descubrirá la agonía de todos aquellos que viven al día y que, cómo no, se enamorará del amigo Justin. Pero todo junto da lugar a una película tan previsible, tan masticada que llega a ser aburrida. Y eso es lo peor que le puede pasar a una cinta de acción. Que aburra hasta el hecho que pierda importancia lo que le va a pasar a sus personajes, en este caso prisioneros de una sucesión de escenas independientes que muestran la fragilidad de un guión deshilachado lleno de conceptos muy interesantes pero que se quedan en el mero boceto.


Todo ello aderezado con una realización plana, sin aristas (que diferente a la subjetividad sarcástica de "El señor de la guerra"). Todas sus películas tenían su imagen de marca, todas tienen su mensaje, un algo en el que se nos hace pensar. "In time" es anodina tanto en su planificación como en su dirección. El mensaje queda olvidado y nos encontramos ante un intento de aventura futurista más cercana a la pobre "La isla" de Michael Bay que a la poco recordada "La fuga de Logan", las dos películas de las que parece beber un Andrew Niccol muy desafortunado. Porque de otros podemos esperar cualquier cosa pero de un autor como Niccol, que incluso en su película menos entendida ("Simone") poseía una fuerza especial, "In time" nos parece un paso atrás excesivamente grande en su carrera . Por muy necesitado que esté de un gran éxito comercial. Algo que por lo menos en nuestro país está consiguiendo. Al menos nos queda la esperanza que este tipo de "éxito comercial" le dé una cierta libertad a la hora de afrontar proyectos más personales y arriesgados.



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