Que el género de terror sea una de los más vilipendiados y menos reconocidos entre todos los que dan vida al cine; que, salvo raras ocasiones, parezca ser un género muy delimitado y dirigido a un cierto sector del público y que en nuestro país el reconocimiento a nuestros cineastas venga a través del éxito desde el extranjero (recordar por ejemplo el exitazo de taquilla de "El orfanarto" de Bayona que se fraguó tras un pase especial en un pasado festival de Cannes) haciendo cierto el viejo dicho "Nadie es profeta en su tierra", puede, que estas tres razones sean la causa al porqué el nombre de Jaume Balagueró no resuena con más fuerza y se pone a la altura de una vez por todas de ciertos autores con más tirón popular.
Si algo tiene Balagueró que hay que agradecerle es su nivel de exigencia en todos sus trabajos. Y nos referimos también a sus cortos (hay que recordar que el mundo del cortometraje es el primer paso hoy en día para los nuevos cineastas) de calidad muy superior a los que se pueden visionar hoy en día, creador de universos malsanos e historias espeluznantes, realizadas con un fino bisturí que ya mostraba su potencia cinematográfica.
Que películas como "Los sin nombre" y sobre todo "Darkness" le dieran una cierta proyección internacional, no cambió su forma de trabajar. Coherente con sus ideas, se lanzó con "Frágiles" en lo que parecía pudiera ser un despegue en vertical de su carrera. Sin embargo fue el fenómeno "REC" que hoy todavía continúa ya que se halla enfrascado en su tercera parte (Paco Plaza ha terminado la precuela, "Rec: Génesis") quién lo puso en su verdadero lugar. Un verdadero "tour de force" para conseguir unos resultados extraordinarios con una escalera de vecinos endemoniada y una cámara en mano. Pocas veces con tan poco se ha conseguido tanto.
Que por dos veces se haya enfrentado a una comunidad de vecinos no le ha parecido suficiente al amigo Balagueró y vuelve a este microcosmos con "Mientras duermes" pero si en la saga "REC" los sustos y la hemoglobina eran los protagonistas, en esta su última película (hasta el momento) se acerca de nuevo al terror psicológico que tanto le gusta abordar, ese terror que se cuela por la retina del espectador y que poco a poco va afectando sus neuronas hasta conseguir nuestro desasosiego.
Y que mejor que contar para ello con uno de nuestros mejores actores de la actualidad.. El reconocido Luis Tosar vuelve a crear uno de esos personajes inquietantes en la figura amable de un portero de finca, uno de tantos y que se nos hace familiar en muchas propiedades de muchas ciudades.
Los años de trabajo hacen que un portero conozca la vida de sus vecinos a veces mejor que ellos mismos. Pero César es más que eso. Es una persona que no puede ser feliz y por tanto es capaz de todo por tumbar la felicidad de aquellos que le rodean, en este caso sus propios vecinos.
Y cuando la nueva vecinita del 5º B llega a la escalera radiante de felicidad, siempre con una sonrisa en los labios y llena de simpatía, César reconoce a su siguiente víctima y se lanzará a mover las piezas necesarias para crear el dolor a su alrededor. Pero esta vez el juego va a hacerse más complicado y hasta pudiera volverse contra él.
Junto a Tosar que no cabe duda que es la estrella de la función, también podemos ver a actores como Marta Etura y Alberto San Juan, nombres conocidos en nuestro cine y que realzan la figura de un director, Jaume Balagueró, que no sabemos porqué todavía no ha escuchado los cantos de sirena del otro lado del Atlántico como sí han hecho varios compañeros de profesión para los que Jaume, con toda seguridad, ha sido el referente en cuanto a la modernización del género de terror en nuestro país, un género que desde siempre ha contado con una cierta tradición y que tiene sus propios mitos como Chicho Ibáñez Serrador, Jesús "Jess" Franco o Jacinto Molina, recientemente desaparecido y que universalmente era conocido como Paul Naschy.
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