Una de las sorpresas superheróicas de hace dos temporadas fue el éxito (casi por sorpresa) de "Iron man". Que es uno de los héroes de Marvel con más historia no significa que esté al mismo nivel que los Spiderman, los X-Men o los cuatro Fantásticos pero desde el momento del estreno de la película de Jon Favreau, es posible que nos hayamos repensado esta clasificación. Cariño hacia el personaje por parte del equipo técnico, química con la identificación de Tony Stark/Iron man por parte del protagonista, el siempre grande Robert Downey Jr. y ritmo, un ritmo continuo y constante que no decae en ningún momento gracias a Favreau han conseguido recolocar en un escalón más arriba a "El Hombre de Hierro" (como lo conocíamos todos aquellos que lo disfrutamos/sufrimos gracias a la publicación de la ya casi olvidada -y tan amada como odiada- Ediciones Vértice).
Que Marvel haya creado su propia productora cinematográfica, que se haya embarcado en el proyecto Vengadores, que la película fuera un éxito allá donde se estrenara sobre todo gracias a los propios espectadores y también, que hay que decirlo, que hay que seguir haciendo caja, hace que no sea ninguna sorpresa el estreno de la segunda parte de las aventuras del vengador dorado que nos llega con el mismo equipo técnico que la anterior y con muchas caras nuevas en el apartado artístico a excepción, claro está, de los dos personajes principales que siguen en poder de Robert Downey Jr. (¿cuántos cómics de Iron Man se ha debido empapar para clavar de una forma semejante la idiosincrasia de Tony Stark?) y Gwyneth Paltrow como Pepper Potts, su fiel secretaria.
En esta segunda parte, Tony Stark va a enfrentarse a varios problemas como consecuencia de su anuncio al identificarse como "Iron man". El más acuciante de ellos (y a pesar de contar con Jim Rhodes como asesor) es que el ejército quiere, de la manera que sea, la tecnología de su armadura. Y es entonces cuando aparece la fugura de Justin Hammer. Pero eso no es todo: Un nuevo enemigo está a punto de aparecer. Ivan Vanko aacaba de ver morir a su padre, un físico ruso y coelga de Howard Stark en el pasado, un físico que tiene los planos del generador ARK y que servirán a su hijo para obtener venganza sobe la familia Stark.
Pero el principal enemigo de Tony en esta segunda parte es él mismo. El paladio, que mantiene el generador Ark que le hace mantenerse con vida, está envenenando su sangre. En su desesperación Stark se lanzará a su perdición a no ser que...
Ya hemos dicho que son varias caras nuevas las que se presentan en esta película. Sam Rockwell es Justin Hammer, Jim Rhodes es en esta ocasión Don Cheadle (sustituyendo a Terrence Howard que fue retirado del nuevo proyecto por sus altas pretensiones económicas), el recuperado Mickey Rourke es Vanko y la "morritos" Scarlett Johansson,que últimamente anda más perdida que un pulpo en un garaje escogiendo papeles, incluso el de esa tontería que se tituló "Vicky Cristina Barcelona" que algunos aún buscan defender, es otro de los personajes secundarios de la Marvel con gran solera como es la Viuda Negra. ¡Ah, sí! También vuelve Samuel L. Jackson.
Y una última cosa. Estamos muy acostumbrados a salir pitando del cine antes de acabar los créditos. Ya pasó con la primer parte de "Iron man" que después de cinco o seis minutos de "intragables letritas" se nos presentaba a Nick Fury y muchos ni se enteraron. Pues en esta segunda parte pasa lo mismo. Así que a esperar un poquito. De nada.
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