CRÍTICA: MOVIE 43

Ecléctico: Que en su forma de actuar o juzgar adopta una postura intermedia, alejada de soluciones extremas.

Así, ecléctico, me definía mi mentor en los tiempos en que "La gran evasión" era un programa radiofónico lo que trasladado a nuestra pasión por el cine podía traducirse que personalmente soy capaz de ver dos películas seguidas "La eternidad y un día" y "La mirada de Ulises" del director (fallecido) griego Theo Angelopoulos y al día siguiente estar sentado en el sillón de casa viendo algo tan dispar como "Movie 43".

Y sí, la he visto, ¿qué pasa? Y hasta me he reído con ella también (aunque sólo sea en algunas ocasiones). Pero eso no quita que estemos ante una película (porque de algún modo hay que llamar a semejante imbecilidad) deplorable y estúpida hasta el tuétano. Aunque pensándolo bien ¿no era esa la intención? "Movie 43" tiene algo y ese algo es sinceridad con sus planteamientos. Es chabacana hasta decir basta, estúpida hasta no poder más y burra como ella sola. Una verdadera astracanada sin pies ni cabeza donde lo único plausible es ver a actores de la talla de Hugh Jackman, Naomi Watts, Liev Schreiber, Richard Gere, Halle Berry, Chloë Grace Moretz, Kate Winslet y Uma Thuman entre otros muchos que me dejo en el tintero haciendo el gilipollas y encima pasándoselo de coña en una serie de sketches que intentan ser cómicos y que se acercan más a la zafiedad que a otra cosa.

Pero eso es lo que hay. La película no engaña a nadie. Es una antología del mal gusto diseñada para aquellos que se pasan media vida buscando los vídeos más estúpidos posibles en la red y queda como un intento de comedia salvaje que tendrá sus seguidores (incluso uno de los hermanos Farrelly se encuentra tras las cámaras en uno de los sketches) pero sobre todo, detractores. Y, la verdad, sólo por ver al guaperas de Jackman con los huevos colgando de la nuez, merece la pena... 

En definitiva: "Movie 43" se puede entender como una obra maestra del mal gusto con mayúsculas pero también como una auténtica mierda tan grande como la que se puede ver en uno de los más asquerosos momentos de la película. Y perdonen mi vocabulario aquellos que son impresionables, pero la película ha conseguido, al menos, sacar el lado gamberro que oculto (como todos) en mi interior y que seguramente ha sido la razón para que tantas stars de Hollywood se hayan prestado a semejante desaguisado. Y no, no me pidan que le dé una calificación del 1 al 10. Resulta hasta indecoroso darle una cifra a esta película.