domingo, 23 de septiembre de 2012
LOS VIERNES ESTRENOS. PITT, ALLEN Y POCO MÁS.
Que tengamos una nueva cinta de terror en la que un grupo de jóvenes se van de turismo a Chernobil (si sobreviven que se larguen después a Siria o a Somalia o a...) para encontrarse con algo que los irá masacrando poco a poco en "Atrapados en Chernobil" nos indica la falta de originalidad de ciertas propuestas que hemos disfrutado/sufrido centenares de veces (y que, por cierto se promociona porque el que está detrás del asunto -que no de la cámara- no es otro que Oren Peli, tan de moda gracias a sus peliculillas sobre las actividades paranormales).
Que se estrene una película (en este caso el título es "Contrarreloj") protagonizada por Nicolas Cage ya no es noticia. No es que el tipo esté de moda que hace tiempo que dejó de estarlo pero no hay guión que le llegue a su mesa que lo deje correr sea del tipo que sea (realmente los problemas financieros de este tipo tienen que ser mayor que los de Bankia y eso que no tiene preferentes ni subordinadas). Ahora corre en busca de su hija que ha sido secuestrada por los miembros de su antigua banda, después de salir de la cárcel e intentar llevar un vida normal. Y todo porque piensan que tiene gran parte de una antiguo botín. Dirige Simon West lo que tampoco significa que vayamos a ver una gran cosa.
Hace ya muchos años Akira Kurosawa descubrió la cinematografía nipona que se puso de moda. Luego sería la suiza con Alain Tanner como estandarte. Qué decir de la iraní con el mago Kiarostami. O la coreana y argentina qu también tuvieron su momento. Parece que siempre ha sido muy cool eso de ir descubriendo filmografías de países cuanto más lejanos y mas pobres mejor. Ahora le ha tocado al cine rumano. No queremos decir que las películas de este país sean buenas o malas pero si críticar esas tendencias creadas artificialmente vayan a saber porqué. Este viernes se estrena "Martes, después de navidad" una drama con "cuernos" en el que un tipo casado y con una hija además de amante, se tiene que enfrentar al dilema de su vida cuando ambas mujeres se encuentran en la visita al dentista.
Tan de moda están los vampiros gracias a ese desbarajuste llamado "Crepúsculo" que hasta los alemanes se atreven con ellos en "Somos la noche", sofisticada cinta videoclipera con toques de acción donde la protagonista, Lena, una ladrona de 20 años, conoce a Louise que se encandila de ella hasta hacerla suya a su manera que es decir que le muerde y la vampiriza intentándola integrar en su nuevo mundo. Un mundo ante el que Lena no esta dispuesta a sucumbir y ya estamos en el lío. Lo dicho, película alemana, pero bien potente que era "Déjame entrar" que venía de Suecia, así que ¿ por qué no?
¿Hemos hablado antes de las modas de cinematografías lejanas? Pues ahí va la segunda taza: "Una vida nueva" es una coproducción entre Francia y Corea del sur. Una historia de orfanatos, de abandonos, de esperanzas en el regreso de su padres y de rechazo ante la posibilidad de ser escogida por nuevos padres en una niña de nueve años que monta una nueva vida alrededor de sus nuevas compañeras para poder seguir viviendo.
Le preguntan al personaje interpretado por Woody Allen (que se pone seis años después otra vez delante de su propia cámara) si no es alucinante viajar por placer a lo que él responde con un rotundo "no". ¿Tal vez quiera acallar laas críticas de aquellos que dicen que se ha hecho viejo y se ha acomodado en su cine y aprovecharse de su fama para ir de ciudad en ciudad europea viendo mundo mientras hace alguna peliculilla para dar la impresión de seguir "trabajando"? Sea como sea, lo cierto es que Allen ha viajado hasta Roma para construir una película coral, con diversas historias, una comedia con tintes italianos y con su irónico sentido del humor (el de Allen). "De Roma con amor" tampoco pasará a los anales de la filmografía del amigo Woody pero peor que en "Vicky Cristina Barcelona" no puede hacerlo...
A priori el estreno más atractivo de la semana es "Mátalos suavemente" que vuelve a reunir al duo Andrew Dominik y a Brad Pitt tras su elogiado trabajo juntos "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford". En este caso se dedican al homenaje de aquellos policíacos nihilistas del cine americano de los años setenta. Tres simplones, creyéndose muy listos, se embolsan el dinero de una timba de póker organizada por el hampa, haciendo que la mafia local entre en bancarrota. Brad Pitt interpreta al matón contratado para encontrarlos y restablecer así el orden.
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