En el año 2007, un tipo que se cree iluminado y otro al que le gustaría serlo, Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, pusieron en marcha un proyecto que sobre el papel tenía muy buena pinta y que era un homenaje a las sesiones "grindhouse".
Las "Grindhouse" eran sesiones cinematográficas de barrio, normalmente por partida doble, donde podían verse películas que ya habían acabado su distribución junto con otras películas de serie Z que no tenían salida fuera de estos círculos. Rollos de películas desgastadas, llenas de rayas y manchas, con un sonido que estimulaba la atención si se querían seguir las "historias" y unos cines de tercera división. Para muchos de vosotros, los más jóvenes, esta forma de ver cine puede parecer de la Edad Media, pero para los más viejos del lugar, hace años, para ver películas de estreno sólo tenías dos opciones: viajar hasta la capital o esperar más de uno y dos meses a que la película llegara al cine de tu barrio.
El experimento de Rodríguez y Tarantino resultó fallido casi en su totalidad. Y decimos "casi" porque si las dos películas que formaban este experimento son más que insufribles (jamás Tarantino había estado tan aburrido y Rodríguez tan fuera de sí) lo que si llamó la atención fueron los falsos trailers que se introdujeron entre película y película y que contaban cada uno con un director diferente. Uno de aquellos trailers anunciaba "Machete" y la popularidad de dicho trailer fue tal que ahora, Robert Rodríguez, ha cogido a ese personaje y lo ha llevado a protagonizar una película.
"Machete" es un federal, interpretado por Danny Trejo, una especie de sosías mexicano y con pelo largo de Charles Bronson, que en el curso de una acción policial cae en una trampa a resultas de la cual su mujer y su hija son asesinadas por la orden de Torrez, capo de la mafia mexicana interpretado nada más y nada menos que por el gran Steven Seagal.
Cinco años después, Machete busca trabajo en la frontera entre Estados Unidos y México sin mucha fortuna hasta que alguien le contrata para cometer un asesinato: La víctima es un senador llamado McLaughlin, un tipo con ideas extremistas que tiene como bandera política el acabar con la inmigración en su país. Pensando que con la muerte de McLaughlin, el mundo tendría un fascista menos y sus compañeros inmigrantes un enemigo menos, acepta el trabajo sin saber que está cayendo en las redes de una conspiración política en la que se encuentran involucrados el mismo senador, su, digamos, jefe de campaña, un policía de fronteras de ansias asesinas y el mismísimo Torrez, su viejo enemigo.
Huyendo de la justicia a la que en su día el mismo defendió, Machete encontrará en su camino la ayuda de varios personajes como la agente federal Sartana, una vendedora ambulante que esconde el alma de la guerrilla y que ayuda a los inmigrantes a pasar la frontera, Luz y el mismo hermano de Machete, un cura de armas tomar.
Junto a Danny Trejo y Steven Segal veremos rostros tan conocidos como Jessica Alba, Michelle Rodríguez, Don Johnson o el mismísimo Robert de Niro que entienden (queremos suponer) "Machete" como un divertimento.
"Machete" homenajea o copia aquellas películas que tenían como único reclamo su violencia extrema y algunos toques de erotismo soft, películas de muy bajo presupuesto y cuyos guiones eran todos iguales. Un ejemplo actual sería la saga de "Saw": Siempre pasa lo mismo, lo diferente, lo que llama la atención son las formas de juego mortal que se inventa "Puzzle". Este cine violento comenzó a cobrar furor a mediados de los años 70 y tal vez el rostro más carismático de este tipo de cine vengador sería el de Charles Bronson con sus películas "Yo soy la justicia" o "El justiciero de la ciudad" (en aquella época Nueva York era una de las ciudades más violentas del mundo) y degeneró aún más si cabe en película de bajísimo presupuesto llenas de violencia gratuita como "El exterminador" película que en su momento tuvo problemas de distribución en nuestro país. 
Hay dos formas de ver "Machete" En serio, con lo que mejor se elige otra película, o con las ganas de recibir un revival de aquel mal cine al que después de tantos años hasta le hemos cogido cariño. O lo que es lo mismo: ¡qué cafres que llegamos a ser!
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