Powered By Blogger

jueves, 28 de octubre de 2010

EL ARTE CONTRA LA GUERRA. EL CINE EN NUESTRA GUERRA CIVIL




 
Seguro que nadie me va a discutir lo que voy a decir ahora: La Guerra Civil sigue siendo una de las temáticas a las que más recurre nuestro cine español. Puede que los años 80 y también los 90 hayan sido los años más prolíficos en cuanto a este tema tan doloroso que tan lejos queda ya para las nuevas generaciones nacidas en democracia, pero nuestra guerra ha llamado la atención en muchos más tiempos y en otros muchos lugares hasta llegar a nuestros días.

Hacer un pequeño viaje por la historia de nuestra guerra civil a través del cine. Ese es nuestro plan para hoy. Tan personal como incompleto, seguro, pero representativo del poder de nuestro suceso histórico más internacional y doloroso. Todos sabemos que hoy en día una guerra como la guerra de Irak da lugar a un montón de películas y documentales que tratan de exponer sus causas y consecuencias. En menor medida ya pasó algo así en la guerra civil. Durante los tres años que duró la contienda se realizaron varias películas. Algunas en territorio alemán, en los estudios UFA, un sistema que nos ha descubierto el director Fernando Trueba en “La niña de tus ojos”.

 
Aunque se hicieron películas de ficción, lo que realmente tiene importancia fueron los documentales sobre todo por su posterior valor histórico. Luis Buñuel filmó “España 1936” pero el verdadero título mítico de esta época es “L´espoir: Sierra de Teruel” realizado por el escritor francés André Malraux, documental hoy recuperado, con varias mutilaciones y en el que se pueden ver diversos episodios de la guerra.


De los años de la dictadura franquista, tenemos en nuestra memoria colectiva a un cine español dominado por el costumbrismo con películas de corte folclórico (todas las tonadilleras tuvieron sus películas), el landismo (las películas de Alfredo Landa, de Paco Martínez Soria) y finalmente por un cierto aire de libertad con el cine destape con películas como “Doctor, me gustan las mujeres, ¿es grave?”, “Lo verde empieza en los pirineos” o “No desearás al vecino del quinto” película del año 1970, casposa como la que más pero que todavía hoy es la película española con más espectadores.

 Sin embargo, en los primeros años de la posguerra, aún se pudieron ver películas con referencias claras a la guerra civil. Algunas como “Raza” que ha pasado a la historia porque se dice que el guionista de la historia era el mismísimo Franco... Suponemos que el guión lo escribió él, igual que como pescaba aquellos pedazos de atunes y similares que mostraba luego todo orgulloso en eso del NODO, el mundo al alcance de todos los españoles.

Todos sabemos de la existencia de la censura, un órgano con poder omnipotente. En sus manos se prohibían o se mutilaban películas que tuvieran algo, por insignificante que fuera, que pudiera perjudicar al régimen y despertara pensamientos inadecuados en la sociedad. Pero ¿prohibir una película de corte falangista? Eso ocurrió con “Rojo y negro” que se estrenó dos semanas después de “Raza” y que desapareció rápidamente  de las carteleras. En los años 90 se descubrió una copia de este film maldito. Mucho se ha escrito de esta historia de una pareja que al empezar la guerra, ella se afilia a la Falange y él a un partido de izquierdas. Unos dicen que se prohibió por ser cruda y violenta, otros por el enfrentamiento existente entre falangismo y franquismo. Dejando de lado afiliaciones políticas, una grandísima película adelantada a su tiempo, una rara avis de nuestra cinematografía con un gran poder de seducción.

 
 La guerra civil también ha traspasado las fronteras de nuestro cine. Para muchos extranjeros, que incluso se afiliaron a las Brigadas Internacionales, luchar junto a la República era luchar por la libertad. El mismísimo Rick de Casablanca había participado a favor del bando republicano.


El escritor Ernest Hemingway fue corresponsal de guerra y su experiencia, aparte de convertirlo en un enamorado de España, le sirvió para escribir “Por quién doblan las campanas” que en el año 1943 se convirtió en película. Un americano, experto en explosivos, es encargado por el mando republicano para destruir un puente, la principal arteria logística del ejército de Franco. Sus protagonistas fueron Gary Cooper e Ingrid Bergman y hoy en día es todo un clásico.


Otro director extranjero que también se ha acercado a la guerra civil, más próximo a nosotros, es Ken Loach. Este director, contestatario, reivindicativo y a veces panfletario, llegó a nuestro país y filmó “Tierra y libertad”, un nuevo canto a los extranjeros que vinieron a España a defender la República a través de David, un inglés que conocerá de las guerras internas entre comunistas y anarquistas.


Toda guerra civil tiene también sus olvidados. Todas aquellas gentes que se vieron inmersos, sin comerlo ni beberlo, en los odios fraticidas de un país. Muy pocas películas se centran en los sin nombre, en el ciudadano que vivió los bombardeos o que sufrió el acoso y el cerco de su ciudad, sitiados, sin saber si el siguiente día sería el último día de sus vidas... Qué bien lo refleja la película “Las bicicletas son para el verano” de Jaime Chávarri, que bien el texto de Fernando Fernán Gómez y que bien refleja esa desesperación el actor Agustín González, ya desaparecido.


Actualmente en el debate político se ha abierto un debate con la ya muy conocida memoria histórica. Un debate que está acercándose más a la confrontación que a la reconciliación, pero así está hoy nuestro país que le vamos a hacer. La memoria histórica, la reconciliación eran dos de los mensajes que se nos daban en una de las mejores películas españolas de estos últimos tiempos, mucho mejor incluso que la novela en la que se basa y con uno de los mejores y más emocionantes finales que he podido ver. “Soldados de Salamina”


Las miradas más recientes a destacar se centran de distinta manera en las consecuencias posteriores a la guerra civil, dos miradas tan dispares como dispares son las personalidades y objetivos de los dos cineastas. En “El laberinto del fauno”, Guillermo del Toro adopta su tono fantástico a una historia en dos niveles donde se mezclan la dura realidad de aquellos días y la imaginación como única vía de escape siendo su mayor logro la perfecta superposición de ambos planos a lo largo de la película. La última visión hasta el momento sobre la Guerra Civil y la época de posguerra viene de la mano de uno de los cineastas más interesantes que ha dado nuestro cine en estos últimos años, el mallorquín Agustí Villaronga. Al igual que el director mexicano, también Villaronga adapta al película a la mirada de un niño pero donde aquélla utiliza la imaginación, la fantasía para conseguir una vía de escape, una pequeña puerta de esperanza, en “Pa negre” la vía de escape es mucho más fría, más dolorosa y, si se nos permite, hasta cierto punto macabra.


Se ha dicho al principio: sólo hemos querido dejar una pequeña muestra de lo que creemos puede ser una válida representación del tratamiento que ha dado el cine a lo largo de los años sobre la contienda que dividió España en dos bandos irreconciliables. Seguramente se han quedado muchas en el tintero, pero nuestra memoria es la que es. (¿Podemos considerar El espíritu de la colmena” o “El sur” de Víctor Erice películas sobre/de la posguerra?).
De todas formas sí damos por seguro que viendo las películas citadas podemos hacer una idea de la visión cinematográfica de la Guerra Civil. Y tal vez (re)descubramos que "gracias" a una guerra también podemos disfrutar de verdaderas obras de arte.


Leer más

LOS VIERNES ESTRENO: MÁS VALE TARDE QUE NUNCA

Dos de los mejores actores de sus respectivas generaciones, el hoy algo decaído Robert de Niro (¿existen papeles hoy en día para su enorme talento o realmente ya no es el que fue?) y el siempre polémico Edward Norton (los de Marvel le han dado la patada y no repetirá su papel de Bruce Banner/Hulk) se reúne para el thriller de acción titulado "Stone".
Dirigida por Peter Curran, que ya trabajó con Norton en "El velo pintado", el actor es el "Stone" del título, un recluso que fue sentenciado por haber encubierto con un incendio el asesinato de sus abuelos. En el presente tiene la gran posibilidad de recibir un indulto. Pero para lograrlo deberá convencer a Jack Mabry, oficial de la libertad provisional (el personaje de Robert de Niro) al que le quedan pocos días para jubilarse.

Hace dos años la película sueca "Déjame entrar" hacía las delicias de la crítica y de los amantes del buen cine de género de terror. Esta mezcla de cuento de hadas macabro y vampiros (sin olvidar un tenue sentido con crítica social) tiene ahora su remake americano de la mano de Matt Reeves, director que sorprendió con "Monstruoso". La historia es la misma: Un niño con problemas familiares e inadaptado en la escuela (incluso está sometido a bulling por un grupo de compañeros) conoce a una nueva vecina, una niña con la comenzará a establecer una extraña y fuerte relación. Al mismo tiempo, el pueblo se ve sacudido por una ola de asesinatos a cada cual más tenebroso. Parece ser que Reeves ha hecho una nueva versión respetando muy mucho el espíritu del original pero adoptando su punto de vista allá donde ha podido hacerlo. Si se mantiene a la altura de la película sueca, merecerá la pena verla porque "Déjame entrar" es, sin duda, una de las películas de la década. Protagonizan dos niños prodigio en el cine norteamericano como son Kodi Smith-Mcphee (visto en la desasosegante "The road" como el hijo de Viggo Mortensen) y la sin par Chloe Moretz (impecable en "Kick-Ass", descacharrante nueva visión al mundo de los superhéroes).

Recientemente elegido para dirigir la nueva versión de Supermán (tras la que se encuentra Christopher Nolan), Zack Snyder presenta una versión animada de "Ga Hoole, la leyenda de los guardianes" (y en tres dimensiones), la historia de Soren, un joven búho que anda medio alucinado con los Ga'Hoole, una banda de leyenda de héroes emplumados que defendieron a su raza de los terribles Pure Ones. Pero su hermano mayor, celoso porque su padre prefiere a Soren cometerá un error y Soren y un grupo de búhos se encontrará metidos en una aventura cuando los Pure Ones vuelvan a aparecer y vayan tras de ellos. Y para salvarse tendrán que salir en busca de los Ga`Hoole.

Precedida por un gran éxito en Francia, ahora nos llega a nosotros la película "Los seductores", protagonizada por Roman Duris y Vanessa Paradís. Alex, el personaje de Duris, se dedica junto a su hermana a la separación de parejas. Vamos que después de pagar la cuota que te pide, el amigo Alex es capaz, mediante sus dotes de seducción, de convertir en ex a cualquier novio, marido e incluso amante. Puede parecer una tarea sórdida pero tienen sus reglas: Nada de romper una pareja estable y nada de enamorarse. Y es entonces cuando un padre les contrata para que separen a su hija del hombre con el que va a casarse. Ni decir tiene que esa hija no es otra que el personaje de Vanessa Paradís y que a partir del "contacto", al amigo Alex le va a costar muy mucho no romper las reglas de su propio negocio. Una comedia romántica de altos vuelos, simpática y agradable de ver por lo menos porque no es la típica comedia romántica americana. Aunque sea la comedia romántica francesa típica también.

"Héroes", la nueva película de Pau Freixas, es un viaje a la nostalgia, un cruce entre "Verano azul" y "Cuenta conmigo" de Rob Reiner, sobre las distancias entre nuestros ayeres y nuestros presentes. Protagonizada por nombres tan conocidos como Eva Santolaria, Emma Suárez, Alex Brendemülh o Nerea Camacho, "Héroes" nos retrotrae al último verano que vivió el personaje de Alex, ahora convertido en un hombre de negocios con poco tiempo para pensar en su vida y que el encuentro con una joven le hace volver a su pasado, a sus recuerdos. Les acompañaremos en su último verano de niñez, en su última aventura y también en su nuevo amor y sabremos porqué ese título de "Héroes", una película que se llevó el premio del público en el pasado festival de Málaga. Guioniza Albert Espinosa (guionista de Planta 4ª) así que tenemos lugar tanto para la sonrisa como para la lágrima fácil aunque en este caso bajo la mano controladora de Pau Freixas, un autor con un cierto estilo que hace que "Héroes" no se convierta en una película más de guionista, sabiendo adoptarle su toque personal.

Leer más

miércoles, 20 de octubre de 2010

NUESTRO OTRO CINE: FRESH

Tal vez sea un clásico como “Matar a un ruiseñor” la película más representativa y conocida de una de las temáticas abordadas de forma reiterativa por el cine: el paso (o enfrentamiento) de la niñez y la adolescencia hacia el mundo adulto. Este paso a la madurez (realidad) de la niñez (fantasía e inocencia) ha sido retratado por películas de diferentes épocas y de diferentes formas de acuerdo al momento social, cultural o generacional en la que fueron rodadas. Aunque en la actualidad se debaten diversas teorías sobre la muerte de la infancia debido a que las nuevas tecnologías han abierto al niño los misterios del mundo adulto, unos misterios que anteriormente iba descubriendo poco a poco, el cine, aunque de forma muy esporádica se ha acercado al mundo de la niñez ya sea de forma más dramática como en la italiana “Líbero” y en “El laberinto del fauno”, inmejorable ejemplo del enfrentamiento entre el mundo infantil y el mundo adulto, o en forma de comedia como son las producciones de Judd Apatow, “Lío embarazoso” y “Supersalidos” éstas más centradas en el paso del adolescente a la madurez. 


Si entendemos que el mundo de la niñez se encuentra subordinado a la aparición del mundo adulto, al niño y al adolescente se les puede entender como víctimas del tiempo que les ha tocado vivir. La sociedad evoluciona y poco pueden parecerse las transiciones a la madurez entre un niño de hace cincuenta años y un niño del siglo XXI y el cine, como fiel espejo de nuestra sociedad en continua evolución, ha dejado claros ejemplos. Poco pueden tener que ver, si exceptuamos el fondo del que estamos hablando, películas como “El despertar” del año 1946, con su mirada inocente, en comparación con la independiente “Ghost world” y su mirada desencantada de una adolescencia que no tiene futuro. 


“Fresh”, esperanzador debut de Boaz Yakin que desgraciadamente no ha tenido continuidad (su último trabajo como director lleva el clarificador título de “Niñera a la fuerza” y consta como productor ejecutivo de las dos partes de “Hostel” de Eli Roth), bien puede enmarcarse en esta temática pero, a diferencia de otras películas, la tergiversación de roles y la mezcla de géneros con los que juega el director (algo también visto en la mas reciente “Brick” donde se traslada el género de cine negro al ambiente de los teenagers o estudiantes universitarios) otorgan a “Fresh” una dimensión diferente. Con doce años y convertido en mensajero de traficantes de droga, Fresh, el protagonista de esta historia, es un chaval que tiene ya olvidada su infancia. “Fresh” es un producto de la sociedad sin futuro en la que le ha tocado vivir. Vivir en un barrio donde mandan los traficantes de crack, vivir hacinado en casa de su tía junto a todos sus primos, vivir sabiendo que su hermana es una prostituta y drogadicta y vivir sin la tutela de una madre ausente y con la prohibición de verse con su padre. Marcado por estos acontecimientos, a “Fresh” no le ha quedado otra solución para sobrevivir que convertirse en adulto, aunque el director también denota ciertos resquicios donde se puede ver la niñez dormida en Fresh, una humanidad infantil que se nos descubre en el cariño hacia su hermana o en la preocupación hacia el perro de su amigo. 


Así lo presenta Boaz Yakin en el cambio de rol que se ha citado antes respecto a otras películas que tratan este mismo tema (incluso la atracción que siente por una compañera de colegio tiene una mayor profundidad con respecto a su edad, contrapuesta con la visión de sus amigos que siguen, estos sí, descubriendo el mundo adulto desde su perspectiva de niños). “Fresh” no es un niño que va descubriendo el mundo de los adultos; “Fresh” vive como adulto, en un mundo de adultos donde el niño no siente curiosidad o fascinación (como suele suceder en este tipo de películas) por descubrir que hay al otro lado (porque no hay nada que merezca la pena), sin saber que es un niño o que debería ser un niño que ha sido devorado por sus circunstancias. Vale como ejemplo la escena en la que vemos a Fresh vendiendo drogas con increíble frialdad y firmeza ante el variopinto zoo humano de una clientela que busca sus dosis como sea y que busca engañar a lo que creen que es el niño que tiene ante él. 


Sin embargo, luego descubriremos que su lógica es una lógica de supervivencia aprendida a través del juego del ajedrez. Aunque tiene prohibido ver a su padre (un Samuel L. Jackson que ese mismo año salta a la fama gracias a su papel en “Pulp Fiction” de Quentin Tarantino), queda con él a escondidas en un parque. El tablero de ajedrez, que sirve al padre (y al director) para dar lecciones sobre el sentido de sus vidas, es un reflejo del tablero de la vida de Fresh, que juega endemoniadamente bien en partidas contra el reloj (Fresh vive su vida a velocidad de vértigo) pero no es capaz de vencer a su padre (un hombre que vive retirado en una caravana y cuya única pasión/obsesión es el ajedrez) en una partida normal donde deben pensarse los movimientos que en más de una ocasión tienen que ser corregidos por su progenitor convirtiéndolos en un método de aprendizaje para trasladar a la vida real. 


Ya hemos comentado que Boaz Yakin juega (o mezcla) en “Fresh” con los géneros cinematográficos. Si la primera parte se enmarca claramente en el llamado cine social exponiendo las duras condiciones sociales de los barrios bajos de una gran ciudad en un reverso oscuro del sueño de vida americano extrapolables a cualquier gran ciudad del mundo, la película deriva en su segundo tramo hacia el thriller con una historia de venganza que nacerá (no puede ser de otra manera) de un acto violento que afectará los cimientos de la personalidad ideada por Fresh. Nuestro protagonista ha podido sufrir muchas pérdidas a lo largo de su corta vida pero nunca se había encontrado con la muerte. 


Junto a la historia de la venganza, descubrimos entonces que la presentación de los personajes ha tenido una razón de ser diferente a la que hasta ese momento nos ha hecho creer el director. Si en la primera parte nos aparecen como víctimas de una situación social inaguantable, en la segunda el director se quita la máscara y nos devuelve a los personajes convertidos en simples piezas de un tablero de ajedrez cuyos límites son los límites de su barrio, manejados por un Fresh que se ha convertido en Dios y que no dudará en sacrificar peones hasta conseguir golpear al rey (el objetivo final de su venganza) con su jaque mate, poniendo en práctica, por primera vez pero de forma equivocada, todas las enseñanzas de su padre, en un nuevo ejemplo clarificador de la inmadurez de Fresh. Por primera vez Fresh piensa en una partida de ajedrez, por primera vez adapta lo aprendido a la vida real, pero su fin, el mecanismo que pone en funcionamiento todo lo aprendido hasta ahora es el resultado final de una vida inmersa en la pobreza, la delincuencia y la droga donde la violencia es la única regla suprema para poder sobrevivir. 


Y comenzará su particular descenso a los infiernos hasta que descubra, y a nosotros también, sólo en un último instante con un Fresh con lágrimas en los ojos frente a su padre, que no es un adulto, que siempre ha sido un niño, aunque ya con la inocencia perdida para siempre, dando fin a una película átona, realista, sin efectismos ni sentimentalismos…de un cine independiente de corte directo, sin parafernalias estéticas, que se hunde en nuestra memoria. Algo que hoy en día escasea. 


Leer más

domingo, 17 de octubre de 2010

LOS VIERNES ESTRENO: FINCHER, VILLARONGA, BIGAS LUNA Y OTROS NOMBRES MÁS...


Que alguien recoja una idea en guión como la de la creación de Facebook y otro sea capaz de crear en imágenes ese guión y consigan aunar a público y crítica sólo está al alcance de unos pocos. Dos de estos pocos son el guionista Aaron Sorkin, reconocido por su labor en la serie "El ala oeste de la Cas Blanca" y el ahora reputado director David Fincher que parece haber vuelto a dar en la diana tras sus memorables "Zodiac" y "El curioso caso de Benjamin Button".
La historia se centra en los personajes que dieron lugar a la creación de uno de los mayores fenómenos que se dieron en la red y que ha saltado esas fronteras para convertirse en un fenómeno social a nivel mundial. Pero Fincher y Sorkin van algo más allá y convierten la película en un reflejo de los problemas de nuestra sociedad actual como la incomunicación en la era de la información o el estado de la amistad, al fin y al cabo, ese grupo de amigos que hicieron de Facebook lo que es, terminaron en los tribunales.

Muchos dicen (decimos) que una de las mayores lacras que ha tenido el cine español es la continua revisitación de un período histórico como la guerra civil y sus consecuencias y que ese continuo volver y volver a este tema ha terminado por cansar al más paciente de los espectadores. Sin embargo, que "Pa negre" esté dirigida por Agustín Villaronga, director de "Tras el cristal" director con una mirada tan personal como "outsider", eleva enteros para ver de nuevo un película de posguerra. A través de los ojos de Andreu, un niño de once años que ve como su familia y su entorno se desmorona cuando su padre es acusado de la muerte de un padre y un hijo cuyos cadáveres aparecen en el bosque (tal vez la acusación tiene que ver con que su padre pertenezca al bando de los perdedores), Villaronga abre con su bisturí, ese bisturí frío, gélido, un mundo y una sociedad desgarrada y desolada (tanto a nivel material como a nivel emocional) como consecuencia del terror de una guerra.

Hace mucho, tal vez desde "Las edades de Lulú", que un director tan personal y propio como Bigas Luna parece no encontrar su camino. Puede que aquel ejercicio de vouyerismo terminara por afianzar en su mente cinematográfica una forma de ver el cine donde la provocación por el placer de provocar y un erotismo mal entendido, pero esa manera de ver las cosas como si quisiera recoger las raices de Almodóvar lo han conducido a la deriva. "D.D. Hollywood" es un nuevo ejemplo de "denuncia" en la que la tal Diana se convertirá en lo que tenga que ser para conseguir llegar a ser una estrella en Hollywood. Y para eso necesita de Elsa Pataky que busca ser eso, una estrella en Hollywood aunque sus grades logros han sido participar de secundaria en "Serpientes en el avión" y llevarse a la cama, hasta hace poco, a Adrian Brody, este sí un buen actor. El mundo oculto de Hollywood ha sido ya tratado tantas veces en el celuloide y con tan agradables resultados que nos hace preguntar porqué Bigas Lunas quiere meterse de nuevo en estos lares de forma tan innecesaria. ¿Y que nos queda? Algunas escenitas subidas de tono para todos aquellos amigos de la carne de la Pataky. Muy, pero que muy poco para alguien que sorprendía con películas como "Angustia". Pero eran otros tiempos.

Otra película que también defrauda es "La otra hija", película de género (terror), dirigida por el español Luis Berdejo y que curiosamente carga con uno de los grandes problemas que tienen muchas de las películas del reciente cine comercial estadounidense: un buen argumento no consigue convertirse en un buen guión. Una familia disfuncional, formada por el padre (Kevin Cotsner se subió al proyecto) su hija adolescente (Ivana Baquero) y su hijo pequeño se han trasladado  a un nuevo hogar. Poco a poco, el padre irá notando cambios en el comportamiento de su hija. Al principio cree que tanto el cambio de hogar como su paso a la adolescencia tiene que ver con ese comportamiento pero la aparición de un misterioso montículo que hay cerca de la casa hará que el padre sospeche que tras el cambio de su hija hay algo sobrenatural.

Si a alguien le va la comedia desgarbada y algo cafre con "Louise-Michel" ha encontrado su película. Con muchas escenas delirantes, la película "cuenta" la historia de Louise y sus compañeras de fábrica que de la noche a la mañana se encuentran en la calle y como venganza deciden reunir sus ahorros y contratar los servicios de un asesino profesional que se cargue a su ahora ex-jefe. Pero claro, el tal asesino profesional no tiene mucho de los primero y nada de lo segundo. Otra mirada, esta en plan brutote al  mundo globalizado y las consecuencias que nos han tocado en suerte gracias a este nuevo e inexorable montaje mundial capaz de acallar gobiernos cobardes... que son todos los que nos gobiernan desgraciadamente.

"La verdad de Soraya M." es una película denuncia hecha por americanos y que lleva a imágenes la historia de una mujer iraní que fue acusada por su marido de adulterio, algo que en Irán está cartigado con la muerte por lapidación. Sraya M. es esa mujer y la película le acompaña en su recorrido por defender su inocencia que la llevó a denunciar el caso a nivel inernacional para que su caso traspasara las fronteras. Miedo da pensar que los productores de la película son los mismos que perpetraron aquella película que fue todo un éxito y que no era más que sadismo gratuito: "La pasión de Cristo". Pero...


Leer más

martes, 12 de octubre de 2010

NODO-CINE: EL CINE AL ALCANCE DE TODOS LOS INTERNAUTAS



Que Christopher Nolan se embarcara como estandarte en el nuevo "reborn" (y van tres, tras el fiasco del "Superman Returns" de Bryan Singer") de la franquicia cinematográfica del hombre de acero fue una de los bombas noticiables de este verano. Muchos soñamos con que Nolan, que ha llevado a Batman a las altísimimas cotas que todos sabemos, se embarcara en el proyecto también como director. Pero ya es oficial que no será así (bastante tiene con la tercer entrega sobre el hombre murciélago). Pero la apuesta no cae como un jarro de agua fría precisamente. Porque el director elegido ha sido un tipo que nos hizo temblar con su ópera prima, "El amanecer de los muertos", un remake de la clásica "Zombie" de Romero a la que ganaba por goleada y que después se enfrascó en el mundo del cómic con la traslación a pantalla de "300", la genial obra de Miller convertida en un portentoso espectáculo visual, y se terminó arriesgando queriendo llevar una obra icónica como ha sido, es y seguirá siendo "Watchmen", la obra magna de Alan Moore. El director es Zack Snyder que vuelve a compartir séptimo y noveno arte, después de su última película, a punto de caramelo: "Sucker Punch".



Después de muchos dimes y diretes, de decir digo donde se dijo Diego y de esconder la mano tras tirar la piedra, parece que ahora sí, que vuelve la saga Bourne en "The Bourne Legacy". Las buenas noticias en cuanto a este proyecto es que uno de sus guionistas, Tony Gilroy, director de una buena película como "Michael Clayton", se encuentra ya trabajando en la continuación y parece ser que él mismo dirigirá esta nueva historia. La mala noticia es que no parece que el protagonista siga siendo Matt Damon. Ya lo dice el nombre del proyecto: el legado de Bourne. Sin Matt Damon y sin Bourne, Gilroy parece que quiere empezar con un nuevo personaje pero sin abandonar el universo del agente especial amnésico que tanto nos ha hecho sufrir y disfrutar. ¿Cómo se come eso?

El Delorean de "Regreso al futuro" puede ser tuyo si participas en la subasta cuyos fondos serán para una buena causa: el protagonista de la trilogía, Michael J. Fox, sufre de Parkinson desde hace varios años y todo lo conseguido en esta subasta en la que también se ofrecen otros productos como la chaqueta futurista o el almanaque de apuestas con el que Biff se enriquecía, irá destinado a la fundación que lleva su nombre. Así que ya sabéis, si contáis con un cifra aproximada de 73.000 euros y no tenéis idea de como utilizarlos, tal vez esta sea tu oportunidad de viajar al futuro... y al pasado.

Tal vez la mejor noticia del momento: el prestigioso Peter Weir ya tiene preparada su última película: "The way back", historia basada en hechos reales sobre un grupo de prisioneros que consiguieron escapar de un gulag soviético y que huyeron a través de Siberia, el Himalaya y el desierto de Gobi. Una vez más, el director australiano enfrenta el alma humana contra el corazón salvaje de la naturaleza, en un ejercicio de supervivencia protagonizado por actores de la talla de Collin Farell y Ed Harris. ¿Posible candidatura a los Oscars?

Leer más

SITGES 2: MITOS Y SANGRE EN CASA



Si hay algo divertido en el festival de cine fantástico de Sitges (aparte de las marabuntas que llenan las salas y su participación ya sea aplaudiendo, gritando, riendo o abucheando, que esta gente también sabe mucho de este tipo de cine) es la caminata zombie que dese hace tres años se organiza en la ciudad. La llamada Zombie walk no deja de ser un curioso experimento que sirve como termómetro para la capacidad de llamamiento que tiene el festival. Y, por lo visto este año, la temperatura es excelente (por más que este año, esta nueva edición esté bien pasadita por agua, por el momento) ya que el desfile estuvo muy bien arropado por una inmensa cantidad de zombies que hicieron las delicias de más de un espectador. Hay que decir que en este tipo de eventos hay de todo pero algunos se lo tomaban tan en serio que daba gusto salir corriendo delante de ellos. Sierras mecánicas, tíos con brazos de goma en la boca, cabezas abiertas y muchas, muchas camisetas hechas jirones y hasta obreros zombis en plan manifestación huelga general, con pancarta y todo nos hicieron pasar un buen rato.

Pero si este era el evento divertido del festival, uno de los más esperados (y cada vez que lo pienso vuelvo a sorprenderme) era el evento "Crepúsculo". Algo tan nimio como la presentación en sociedad de le edición en dvd de la tercera parte de la saga, "Eclipse", aderezada con la invitación de uno de los actores pertenecientes a la saga (en este caso Kellan Lutz que interpreta a Emmet Cullen) convirtió las aceras de Sitges alrededor del pabellón donde iba a suceder tal acontecimiento en un lugar improvisado de acampada desde la noche anterior. Jóvenes y no tan jóvenes esperando a...??? Dos cosas son seguras: el tirón mediático de "Crepúsculo" deja con la boca abierta (mucho más después de haber sufrido las tres películas de la saga y sobre todo la tercera que es insufriblemente más vacía que las anteriores) y que en este mundillo del fantástico hay muchos tipos de frikismo.

Otro tipo de frikismo es el de la adoración hacia algún personaje (ficticio o real) o película. En este caso la adoración hacia John Carpenter está totalmente asumida y la muchedumbre que se lanzó al Auditori de Sitges quería adorar la nueva película de este clásico del fantástico (Carpenter, para los neófitos, es el creador de Michael Myers) que lleva por título "The ward", la historia de una joven encerrada en un psiquiátrico que esconde, como es de suponer, un misterio en forma de fantasma que parece ser que tiene como misión ir eliminando a las internas. La película ha dejado más bien un regusto amargo ya que Carpenter no parece haber conseguido esas altas cotas de terror que obtuviese en el pasado.


Sí que ha llamado la atención (y mucho) la película "El último exorcismo" que ha ido dejando muy buen sabor de boca en todos los festivales por los que se ha ido presentadndo hasta el punto que en el género ha conseguido convertirse en una de las películas más esperadas del año, una película con cierto tinte paródico y que está montada como si fuera un documental (algo muy de moda), jugando con los tópicos del género y construyendo una nueva (otra) visión de la América profunda (esa que no conocemos más que en las películas de terror de bajo presupuesto) que convierte la película en un nuevo elemento para ese subgénero llamado "American Gothic".

Y terminamos este repaso acercándonos a la producción propia ya que este año el equipo encabezado por Ángel Sala ha optado por rebuscar en nuestra querida/odiada piel de toro para analizar el estado del género de terror en nuestro país, hasta el punto que el festival se inauguró con "Los ojos de Julia", de Guillem Morales que debutó en el largo hace algunos años con la inquietante "El habitante incierto" y que traspasa, con acierto, muchos de los tics de aquella película a su nuevo proyecto protagonizado por Belén Rueda.
Otra película de la que se esperaba bastante es "Agnosia", también segundo largometraje,esta vez de Eugenio Mira que sorprendió con "The birthday", su ópera prima y que no ha podido repetir éxito ya que las ínfulas de conseguir algo grande, ha jugado en su contra en su nueva película, a la que se le califica en muchos sitios de cargante mientras que en otros se le defiende a capa y a espada. Una película que no deja indiferente a nadie quiere decir que tiene su punto interesante.

También sorprende que el debut en el largo de Luis Berdejo haya sido en Estados Unidos y con la presencia protagonista del antaño poderoso Kevin Costner, acompañado de Ivana Baquero a la que le costará desprenderse de haber sido la niña de "El laberinto del fauno". "La otra hija" es un film con muchas expectativas pero que finalmente se queda en eso, en expectativas. No es que los actores estén mal, no es que Luis Berdejo no sepa crear una ambientación muchas veces axfisiante, no, el problema de la película es su guión que da para un corto y poco más y su resolución final tan desganada como ridícula que convierten a la película en un bluf que se desinfla en menos de media hora, consiguiendo que el espectador pierda el interés. Puestos a ello, me quedo con "La huérfana" de Collet-Serra, que con todos sus defectos, por lo menos, sabía mantener su insanía durante todo su metraje (a pesar del inconcebible giro final).
Ahora, que se puede ir de mal en peor y es que si en Sitges, el respetable silba o abuchea una película es como para darse por muerto en esto del cine de terror. Y esto es lo que ha pasado con "14 días con Víctor" o la historia de un desheredado que se convierte en "pieza de arte" de un artista... desequilibrado, que para eso estamos en una festival de cine fantástico y de terror.

Afortunadamente no pasa así con "Secuestrados" de un tal Miguel Ángel Vivas, que se ha convertido en una de las más claras favoritas al triunfo final. Este relato del secuestro de una familia compuesta por el padre, la madre y una hija adolescente por parte de un grupo de asaltadores contiene una violencia física como pocas veces se ha visto en nuestro cine. Diez planos secuencias que no dejan respiro al espectador y que sabe voltear con elegancia y respeto, si eso puede decirse en películas de este tipo, ideas ya concebidas en otros films (comparar "Secuestrados" con "Funny games" de Michael Haneke es muy fuerte).
El festival continúa, la lluvia continúa y aún nos queda saber los personajes que este año han recibido su homenaje. Hablaremos de ello, y de las nuevas entregas cinematográficas en otro de estos especiales.

Leer más