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sábado, 22 de junio de 2013

LOS VIERNES VAMOS DE ESTRENO: "MAN OF STEEL" OF COURSE


Sólo una semana después de su apoteósico estreno en los Estados Unidos, ha llegado a nuestras pantallas la esperadísima "Man of steel", el nuevo reboot del superhéroe por antonomasia y que no es otro que Supermán. Icono de los cómics y de otras cosas más, el hombre de acero no pasa precisamente por su mejor momento. Infinidad de superhéroes de papel han conseguido que Kal-El parezca hoy en día un personaje de otro tiempo, desnaturalizado una y otra vez por sus 75 años de historia y de historietas en el mundo del cómic. Y entonces ¿cual es el porqué del éxito en taquilla de esta película? El guión puede reducirse a unas pocas palabras: Todos aquellos que hayan visto el "Superman" de Richard Donner (para el que esto suscribe una buena película que se ha ido exaltando con el tiempo de forma exagerada) y su segunda parte tienen la sinopsis de este nuevo renacimiento del héroe de acero: origen, llegada a la Tierra, conversión en el hombre de acero y posterior encuentro con el general Zod que en "Superman II" encarnaba Terence Stamp y que aquí lo hace uno de esos grandes actores que no tienen el reconocimiento que se le debiera y que se llama Michael Shannon.


Porque, y aquí esta el qué de la cuestión, "Man of Steel" es una película que  lleva marcada su publicidad, su enganche a las masas, en los nombres que componen su equipo. Tas el exitazo que consiguió Christopher Nolan con su trilogía sobre "Batman" el otro icono deceero (muchos descubrieron "Batman begins" después de disfrutar esa obra maestra que es "Dak Knight", ojo al dato), los jerifaltes de la Warner deciden volver a sacar del cajón a Supermán tras el fiasco que supuso el anterior intento de reinicio en las manos de un Bryan Singer (ya comentamos en su momento que el respeto hacia la cinta de Richard Donner se convirtió en miedo y eso lastró toda la película que a pesar de todo tiene buenos momentos).




Y se ponen de rodillas ante Christopher Nolan implorando su participación en el proyecto de "Man of Steel". Listo como pocos y sabiendo que su trabajo ya estaba siendo mirado con lupa ("Dark Knight rises" ha sido alabada, criticada, diseccionada, maltratada hasta la extenuación) cede a participar en el proyecto pero quedando a la sombra. Suficiente: el mismo equipo de la trilogía de Batman (David S. Goyer es el guionista) se pone en marcha para colocar a Supermán en su justo lugar. Ya tenemos el primer notición. Posteriormente se sabe de la elección del director. Zack Snyder necesitaba de un empujón a su carrera tras el fiasco de "Sucker Punch" y la tibia acogida de "Watchmen", recreación tan fiel como fría del majestuoso cómic de Alan Moore y Dave Gibbons y claro ejemplo que no siempre lo que funciona en el noveno arte lo hace de la misma manera en el séptimo. Sea como sea, nadie puede dudar (para bien o para mal) de la capacidad visual de Snyder (seguimos siendo fans de este hombre gracias a "El amanecer de los muertos" y la discutida y discutible "300" (aunque sólo sea por sus planteamientos disimuladamente fascistoides propios del autor Frank Miller").


La capa y traje de Supermán (por cierto sin calzón rojo) recae sobre Henry Cavill, actor británico tal vez más conocido por ser el duque de Suffolk en la serie televisiva "Los Tudor" mientras que en el cine pudimos verlo en "Stardust", "Inmortals" y más recientemente en "La fría luz del día". Su pareja, la incisiva reportera Lois Lane tiene el rostro de Amy Adams, actriz de origen italiano que poco a poco va proyectando su imagen y su saber actoral habiendo participado en películas de cierto calibre de autor como "La duda" (si no la han visto están perdiéndose una de las mejores películas de la pasada década), "The Fighter" y últimamente en la hipnotizadora "The master" del genio Paul Thomas Anderson.


Y como suele suceder en este tipo de eventos que mezclan cine y superhéroes, los nombres más conocidos se dejan para lo actores de reparto. Así ya sabemos que Rusell Crowe sustituye a Marlon Brando en el papel de Jor-El y que deja su impronta en la primera parte de la película, que un Kevin Costner que está aprendiendo cual es ahora su papel en la industria del cine es Jonathan Kent el padre adoptivo en la Tierra, que la eternamente bella Diane Lane es Martha, que Laurence Fishburne se encarga de ser el primer Perry White de color (algún día alguien reconocerá el talento inconmensurable de este actor que muchas veces ha estado a la sombra pero siempre engrandeciendo el producto final) y que Michael Shannon es el malvado de la función, el general Zod.


Nombres y una campaña viral tan esperada con bien entendida han conseguido llamar la atención del decaído hombre de acero y que se haya convertido en el estreno más esperado del año por muchos de nosotros. Ahora queda el momento de diseccionar, albar, maltratar y criticar hasta la extenuación una película que, no nos engañemos, no deja de ser un blockbuster veraniego, un enorme pasatiempo cinematográfico que puede pecar de exagerado (muchos voces críticas ya van diciendo que lo es) pero que con toda seguridad se ha tomado el héroe muy en serio.


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