Películas con extraterrestres de por medio las hemos tenido de todos los colores. Extraterrestres bonachones, ñoños y revientataquillas como E.T., marcianos con ganas de destruir la raza humana en las dos versiones de "La guerra de los mundos", vainas en blanco y negro convertidas en modernos virus en las distintas versiones de "La invasión de los ladrones de cuerpos"; algunos invaden el lejano oeste americano como en "Aliens vs. cowboys", otros nacen de un huevo implantado en el interior del cuerpo humano para después sembrar el terror en la fundacional "Alien, el octavo pasajero" y otros se dedican al gamberrismo después de haber sido cromos en "Mars attack" calenturienta versión de la mente calenturienta de Tim Burton.
De un tiempo a esta parte, algunos cineastas han vuelto al género con mayor o menor fortuna. "District 9" era una afortunada mezcla entre retrato y crítica social que iba sorprendiendo a medida que avanzaba el film. Menos fortuna tuvieron "Skyline" que comenzaba como un intento de repetición del éxito de "Monstruoso" (aquello de la cámara subjetiva) y terminaba como una mala copia de "District 9"; y "Batalla: Los Angeles", mezcla de acción marine ante invasión alienígena totalmente innecesaria sobre todo si nuestra mente nos lleva al recuerdo de los marines de "Aliens, el regreso" del hoy megalómano James Cameron.
Podemos decir también que la última incursión en el género es "Super 8" de J.J. Abrams, aunque esta película tiene diversas lecturas más allá de la aparición extraterrestre. Tal vez la lectura con mayor inportancia sea su canto a la nostalgia por una forma de hacer cine que muchos casi ni conocen, aquel cine de los años ochenta con el que muchos de nosotros crecimos.
Fiel al espíritu spielbergiano, la película irradia la bondad de títulos como "E.T." o "Los goonies", claros referentes (junto a "Encuentros en la tercera fase") de "Super 8". Ahora bien: si recogieramos estos mismos referentes y les diéramos la vuelta buscando su lado sombrío, u oscuro o gamberro, ¿qué resultado se podría obtener? Muy posiblemente, "Attack the block".
La acción transcurre en una de las muchas zonas suburbiales que hay en cualquier ciudad, en este caso, Londres. Esa noche, un grupo de pandilleros juveniles están atracando a una joven cuando se ven sorprendidos por la caída de un meteorito sobre un coche, un meteorito que se descubre como un extraterrestre con bastantes malas intenciones.
Consiguen acabar con él pero poco después advierten que no ha sido un accidente aislado. Es una invasión extraterrestre en toda regla. Y esta versión salvaje de "los goonies" también tiene un pueblo, su hogar, que salvar. Por muy suburbial que sea. Así que armados con machetes, bates de beisbol y bicicletas se lanzan a la caza del alienígena.
Puede que el mérito resida en su guionista, Joe Cornish (además de director), que también ha participado en el éxito de "La aventuras de Tintín: el secreto del unicornio", pero allá por donde ha pasado "Attack the block" ha dejado su impronta. Incluso en el pasado festival de Sitges donde se alzó con algún que otro premio. Lo mejor de la película reside en su originalidad, en su frescura y fuerza, en sus guiños referenciales y en su pizca de mala baba. Un algo diferente que puede hacer las delicias de cualquier espectador afín a este tipo de películas que te hacen disfrutar hasta el final con un buen bol de palomitas. Detrás de todo esto, los productores de "Zombies party". Los que la hayan disfrutado, más o menos pueden hacerse una idea de por dónde van los tiros.
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