Powered By Blogger

lunes, 15 de noviembre de 2010

ME VOY, PERO NO COMO EL SEÑOR MARSHALL

Este pasado fin de semana el cine español ha perdido un capítulo muy importante de su historia.
Para muchos de aquellos que nacieron en plena democracia, el nombre de Luis García Berlanga suena a época antediluviana, a representante de un cine lejano hecho en nuestro país (a pesar que su última película, "París Tumbuctú" se estrenó en 1999). Sin embargo, para aquellos que disfrutaron de la cinematografía excelsa que les deparaba un régimen totalitario lleno de cupletistas, de cantaores, de comedias costumbristas, de pacosmartínezsoria y alfredoslanda varios, el cine de Berlanga fue todo un descubrimiento sorprendente y sorpresivo. Sorprendente por la carga irónica y crítica que sus películas mostraban hacia el sistema político imperante y sorpresivo porque esas mismas películas eran capaces de llegar a las pantallas pasando por encima de la misma esencia del aparato represor de la censura.


Sea porque los señores censores eran más tontos de lo que parecían o porque estos mismos censores pensaron que el españolito de a pie era tan inculto que no advertiría la carga crítica de las películas de Berlanga, "Bienvenido Mister Marshall" pudo estrenarse, visionarse y, de paso, llevarse varios premios en el festival de Cannes de aquel año. Sus juegos con la censura continuaron con películas como "Los jueves, milagro", "El verdugo" o "Plácido" además de "Novio a la vista" o "Calabuch" film premiado en el festival de Venecia.


Que Berlanga era un producto de su tiempo se demuestra con el fin de la dictadura y el comienzo de la transición ya que su cine se movía mucho mejor en la búsqueda de formas y contenidos que denunciaran ciertas situaciones sociales y/o nacionales jugando con los límites de la censura. Aún tiene fuerza en "La escopeta nacional" o en "Tamaño natural" ya que aquella ironía de sus anteriores películas se transforma en sarcasmo y sabe adaptarse a los aires de libertad que se comenzaban a respirar por aquel entonces. 


A partir de los años 80, sus nuevas películas dejan bastante que desear sobre todo si las comparamos con las de sus inicios aunque no quiere decir que su tono cínico y divertido se haya olvidado pero su carga vitriólica ha perdido parte de su esencia. Aún así, y como dijo Almodóvar en su sepelio: "Si Berlanga hubiera hecho cine en otra lengua, el mundo entero se rendiría hoy ante su féretro como si fuera Billy Wilder".
Afortunademante, como siempre pasa en estos casos, nos quedarán sus películas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario