Y dudé si Tony Curtis había muerto o no. Ahora, con la noticia de su fallecimiento, sabemos que era un actor de otro tiempo, un actor cuya fuerza surgió en las postrimerías del llamado cine clásico y que finalmente quedó en tierra de nadie ante la llegada de una nueva hornada de directores que cambiaron las concepciones formales de la cinematografía estadounidense.
Tony Curtis era un gran actor y lo demostró tanto en "Con faldas y a lo loco" como en "Espartaco" (que tipos tan dispares como Stanley Kubrick y Billly Wilder se fijaran en él, quiere decir alguna cosa) y lo podemos defender y lo defendemos, pero su estrella apareció algo tarde y declinó más deprisa de lo que hubiera sido justo. En cierto sentido Tony Curtis fue víctima del momento histórico en el que le tocó vivir.
Para aquellos que quieran conocer de este actor (y de otros tiempos en la historia del cine,) podríamos recomendar muchas de sus casi cien películas pero, dejando aparte las tres citadas anteriormente, nos inclinaríamos por "El estrangulador de Boston", muy alejado de su figura de galán y "Los vikingos", nuevamente junto a Kirk Douglas, por cierto, un actor que tal vez se haya convertido en la última llama viva de lo que muchos han dado en llamar la época dorada de Hollywood. Si fuera así, Tony Curtis ha dejado dicha época en penumbra. Descanse en paz.
Con su mujer Janet Leigh. La pequeñita es Jamie Lee Curtis.
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