¿QUIÉN SABE DÓNDE?: EL AGUJERO NEGRO DE EDWARD FURLONG

Hacía mucho tiempo que dejé de seguir la pista de un actor tan excelente como problemático, un nuevo caso perdido de los muchos que son devorados por esa cruel maquinaria auxiliar creada alrededor del mundo de la farándula hollywoodiense hasta que, de repente, por la más grande de las casualidades, advierto que  una de las últimas películas del tal Uwe Boll (perdonen pero a este señor no se le puede llamar director de cine) cuenta en su reparto con Edward Furlong.

Furlong fue uno de los chavales más envidiados de todo el planeta gracias a su debut cinematográfico, la segunda parte de "Terminator" ya que tenía uno de los T-800 totalmente a su servicio y ¿quién no quería tener entonces un robot tan icónico como ese a su lado?. Pero lo que realmente destacaba era la frescura y naturalidad que ofrecía a un papel de suma importancia en la saga, ya que era el mismísimo John Connor, el líder de la humanidad en rebelión contra las máquinas. Esa química con la cámara que pocos actores jóvenes tienen (aquí en nuestro país un caso parecido sería el de Juan José Ballesta o María Valverde) no pasó desapercibida y los papeles le fueron llegando. No sabemos que guiones rechazaría a lo largo de esa temporada pero revisando las historias a las que se enfrentó podemos deducir que, por lo menos a nivel cinematográfico, tenía muy claro sus aspiraciones en el mundo del cine. Lástima que su vida personal malograra esa carrera.

Posteriormente al megaéxito de "Terminator 2" podemos verle en la innecesaria secuela de "El cementerio viviente" y a partir de ahí sus papeles se dividen entre obras de autor al margen de los clichés de Hollywood o productos de serie B que en el mejor de los casos terminan estrenándose directamente en formato dvd. En la primera de las opciones participó en "Corazón roto" junto al hoy oscarizado Jeff Bridges, una cinta de perdedores tan acertada como previsible pero con un par de actuaciones que elevan el nivel de la cinta.

Algo más de publicidad tuvo "American History X", un duro alegato contra las bandas neo-nazis en la que compartió protagonismo con Edward Norton, otro de los grandes actores de su generación. El personaje de Norton sale de la cárcel después de cumplir condena por haber matado a dos negros cuando pertenecía a un grupo neonazi y descubre que su hermano pequeño quiere seguir sus pasos. Una película sobre la redención, con muy buena factura donde Furlong queda eclipsado por la fama de Edward Norton que se llevó los mayores elogios.

También compartió cartel con Liam Nesson, Alfred Molina y Meryl Streep en "Antes y después" un muy  bien facturado thriller de misterio dirigido por el oscarizado Barbet Schroeder  en torno a la inocencia o culpabilidad de un chaval (Furlong) que es el principal sospechoso del asesinato de su novia y las dudas que siembra su actitud taciturna en sus propios padres. Y un cuarto caso de esta primera opción sería "Cuestión de sangre" del infravalorado (por muchos) director James Gray. La primera película de Gray tiene ya todas las características de su mundo cinematográfico: la deconstrucción de una familia en torno al mal. En este caso no es el protagonismo de Tim Roth quién le roba carácter a Furlong sino más bien la historia guionizada por Gray, una historia que es la verdadera protagonista de la película (siempre será así en las posteriores películas de este buen director) por encima de caras conocidas.

Que Furlong no consiguiera traspasar esa última barrera que le convirtiera en un actor de primer nivel (y con eso no queremos decir que no sea bueno, sino que fuera conocido bien a nivel de crítica, bien a nivel de público) tuvo que ver poco con su posterior caída. Más bien se la jugó su vida personal. Y es que este chaval nunca conoció a su padre y terminó siendo cuidado por una tía suya despues de una dura batalla legal de ésta con la madre de Furlong. Con 16 años pidió su emancipación y comenzó una relación más que amistosa con la que era su agente y tutora, trece años mayor que él y que, esta vez sí, le permitió aparecer en la primera página de los tabloides sensacionalistas de Hollywood. Volvería a aparecer en estas páginas gracias a su turbulenta separación ya que su amante y agente le acusó de malos tratos. Algo que se repetría años después con su nueva mujer, la actriz Rachel Kneeland. Desde entonces se le ha juntado incluso con Paris Hilton, ha tenido diversos altercados con la policía que han dado con sus huesos en la cárcel y ni que decir tiene que ha tenido problemas con el alcohol y las drogas.

Con semejante curriculum personal era de suponer que se le cerraran las puertas. Así que aunque participó en "Pecker" como protagonista (la figura de su director John Waters tapoco andaba muy al alza y la película pasó con más pena que gloria) o en "Animal Factory" un relato carcelario donde compartía papel con tipos de la talla de Steve Buscemi, Mickey Rourke o William Defoe y por lo tanto su nombre volvía a quedar eclipsado, el amigo Furlong ha tenido que sobrevivir en películas como "Warriors of Terra", "Dark Reel", "El intermedio" o la cuarta parte de la saga "El cuervo"... y no queremos continuar para no hurgar más en la herida.

La evolución de Furlong como actor aún está por descubrir. Casos como el suyo ha habido muchos y muchos son los que han conseguido relanzar su carrera (sí, todos pensamos en el grandísimo actor que siempre ha sido Robert Downey jr.) después de pasar por su propio purgatorio. Ahora Furlong, aunque sea en un papel secundario, participa en la última película de Michel Gondry, "The Green Hornet", basada en una serie de televisión de los años 70, que asumía las fórmulas propuestas por los cómics de Batman y Robin pero a otra escala. Esperemos que, después de haber sentado cabeza ya que está casado desde el año 2006 y tiene un hijo, alguien advierta en su nuevo papel, aquella chispa de frescura, naturalidad y arrojo que cautivó a la cámara allá en el lejano año 1992 como el joven John Connor y podamos volver a disfrutar del gran actor que tiene encerrado en su interior.