No sabemos el grado actual de popularidad que tiene el actor Will Smith en sus Estados Unidos pero aquí, en nuestro país, su nombre en una cartelera sigue siendo (y van unos cuantos años) sinónimo de éxito en taquilla (y si no nos creen contacten con el señor Pablo Motos y verán lo contento que se pone cada vez que invita al actor a su programa, por eso de los ratings de audiencia que le suben como la espuma).
Este rapero reconvertido en actor lleva consigo un halo de simpatía innata que conecta con el espectador en un momento. Para aquellos que no lo sepan busquen por el youtube un reciente video donde el actor y su hijo son invitados al programa "The Graham Norton Show" para promocionar "After Earth" su, hasta ahora, última película. A mitad de entrevista hace aparecer a su eterno compañero de correrías, Jazz, y por si eso no fuera poca sorpresa suena la música de Tom Jones y podemos ver a Alfonso Ribeiro, alias Carlton, encarando su más famoso baile de la serie "El principe Bel-Air". Eso sí es levantar un programa y al público de sus asientos, sí señor, lo que decimos, un verdadero showman con un desparpajo que vale casi por toda la promoción de la película que se tercie.
Nadie duda, hoy en día, que "El príncipe de Bel-Air" le abrió las puertas de la fama catódica después de sus pinitos como rapero. Sólo hacía falta la ocasión adecuada para saltar a la pantalla grande. Y lo hizo... a lo grande, en una producción de Jerry Bruckheimer dirigida por el terrible Michael Bay. "Dos policías rebeldes", lo que podía ser una buddy movie del montón (acción y comedia junto a Martin Lawrence) llegó a sobrepasar los 140 millones de recaudación.
Y a la siguiente, Will Smith es capaz de llevar "Independence Day", la película que contiene uno de los discursos más sonrojantes de uno de los muchos presidentes de los Estados Unidos que ha dado el cine, a superar la cifra de 800 millones de dólares. Últimamente se ha hablado mucho de una secuela pero parece ser que el amigo Smith no estaba por la labor y por ahora dicha secuela duerme en un cajón el "sueño de los justos".
De acuerdo que la película ha sido hasta el momento el mayor éxito de taquilla para el actor pero su siguiente proyecto "Men in black" tampoco le fue a la zaga. Casi 600 millones se llevó esta curiosa, aceptable y original comedia de unos agentes especiales (el otro es Tommy Lee Jones) encargados de la seguridad de la Tierra de apariciones extraterrestres.
Y su nombre ya es, como hemos dicho anteriormente, seguridad en la recaudación. Que una película tan radicalmente mala como "Wild, wild, west" (lo único salvable es el poderoso trasero de la sinpar por aquel entonces, Salma Hayek, y siempre que no fuera un doble) supere los 200 millones era como para hacer pensar a más de uno que Will Smith estaba tocado por algún Dios.
Y siguen cayendo blockbusters y sigue aumentando su estrella. Tal vez su éxito radique en dotar de humanidad a sus héroes (algo que también supieron hacer gente como Harrison Ford y Bruce Willis) haciéndolos mucho más cercanos que otros actores hipermusculados que parecen más irrompible que el Willis de "El protegido". La segunda parte de "Men in Black" recoge casi 450 millones, la segunda de "Dos policía rebeldes" ronda los 300 millones. Y no digamos "Yo, robot" y "Soy leyenda" verdaderos taquillazos.
Es tal el momento dulce de Will Smith que incluso participando en películas de otro calibre, más íntimas o más alejadas de la típica superproducción, sus ingresos en taquilla superan esa barrera de los 100 millones de dólares que hemos colocado en el titular. Will Smith busca otro tipo de reconocimiento actoral participando en proyectos más dramáticos como "En busca de la felicidad" y "Siete almas", films de menos presupuesto pero que gracias a su presencia superan los 300 y 150 millones respectivamente.
Smith ya intentó tiempo atrás conseguir esta imagen de actor "serio" pero comercialmente sus películas no atrayeron ni a la crítica ni al público. Y eso que el biopic "Alí" (dirigida por Michael Mann) donde se retrata al gran campeón de boxeo es una gran película en sus dos tercios iniciales. Sin embargo "La leyenda de Bagger Vance" pasó con más pena que gloria por las carteleras. Y un apunte ¿alguien ha visto "Seis grados de separación"? En esta película de 1993 tenía un pequeño papel de homosexual y en aquel entonces la crítica ensalzó su trabajo.
Da lo mismo que se vista de superhéroe en "Hancock" (624 millones) que vuelva al género de la comedia más blandita en "Hitch, especialista en ligues" (368 millones) o vuelva a encarnar al zumbado agente anti-aliens en la tercera parte de "Men in black" (más de 600 millones). Smith sigue siendo adorado. Ahora se enfrenta a un nuevo reto. "After Earth" está coprotagonizada por él y por su hijo (Su excesivo celo con la promoción de la carrera cinematográfica de Jaden Smith se está haciendo algo cargante y debería vigilar dicho exceso ya que puede perjudicar la imagen conseguida a lo largo de tantos años). Dicho así da la sensación de nuevo taquillazo. Pero la dirección está firmada por uno de esos directores que hoy en día solo su nombre ya es veneno para la taquilla: al anteriormente idolatrado y ahora defenestrado M. Night Syamalan. Un juego de poderes verdaderamente interesante. En Estados Unidos la película parece ser que ha sido un fiasco pero en nuestro país, a la semana de su estreno, se aupaba al primer puesto del ránking por encima de películas como "Man of steel" y "Monsters University". ¿Smith o Syamalan? Se admiten apuestas pero casi podemos asegurar que aunque sea un fracaso comercial, la carrera de Will Smith seguirá adelante. No podemos decir lo mismo del director de origen indio. El tiempo nos dará o quitará la razón.
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